Duérmete niño

El relato es un cuento, dentro de otro, donde la simbología del agua y el aceite en una historia de amor imposible, juegan un papel fundamental,para que un niño de padres divorciados que se sienta perdido, pueda encontrar las respuestas que necesita.

La abuela Antonia

 

Recordar lo importante que eran las historias que nos contaban nuestras madres, abuelas, abuelos o tías, donde siempre solían incluir moralejas y lecciones sobre higiene, el respeto a la naturaleza, la importancia del aceite de oliva en la alimentación del día a día, las amigas y el respeto a los mayores.
Realmente puedo decir que desde niña me encanta y como con frecuencia el pán con aceite de oliva, por eso se me ocurrió escribir este relato corto

La cueva de Otto

En este relato quedan plasmadas las consecuencias del descuido del medio ambiente, y en concreto, del olivar. Por boca de la protagonista, una niña de diez años, conocemos los desmanes de la gente que siente indolencia por la preservación del campo, llegando a poner en riesgo la vida de un ser vivo.
Nora contempló los mantos de olivos abrirse a su paso, como si la indujeran a formar parte de aquel embriagador paisaje. Aún no entendía cómo había gente capaz de ensombrecer esa imagen con su apatía por la naturaleza. Sus padres la habían aleccionado sobre la importancia de mantener limpio el medio ambiente, de tratar con respeto a los animales que encontrara a su paso y no obstaculizar el curso de su existencia. Debían evitar que esa malsana costumbre se expandiera y la gente descuidara los campos: las cosechas se malograrían, el agua del riachuelo quedaría inutilizada y los animales enfermarían… o mucho peor.

La increíble aventura de Jaime

Jaime, un niño que juega cerca de un olivar y por caprichos del destino acaba enemistándose de una culebra. Pero gracias a su pericia, su sangre fría y la suerte, sale airoso de se aventura.